Evolución socioeconómica del Levante Almeriense en los siglos XIX y XX

Resumen de la conferencia.

El siglo XIX, en concreto a partir de finales de los años treinta de dicho siglo, trajo a la comarca del Levante Almeriense la posibilidad de sacar a la misma del estado de postración y marasmo económico que arrastraba durante siglos.

Esta posibilidad para iniciar un crecimiento económico y de desarrollo sostenido tuvo un elemento dinamizador en las explotaciones mineras de la comarca (Almagrera, Bedar, Pulpí…) de plomo argentífero, a partir del descubrimiento del filón del barranco del Jaroso en Almagrera.

La actividad minera del Levante Almeriense, tuvo un gran impacto nacional e internacional, y un enorme movimiento financiero en la compraventa de acciones de las compañías mineras y en la creación de un gran número de sociedades que nacieron como consecuencia de este furor minero.

Se realizaron en la Bolsa de Madrid una media anual de 2000 transacciones de acciones de minas de Sierra Almagrera, alcanzando un valor de 60 millones de reales (“el Siglo Minero” publicado por la Diputación de Almería). Esto nos da una idea del movimiento especulativo que se desarrolló en torno a la actividad minera de Almagrera.

Se obtuvieron grandes beneficios en unas pocas minas (llegando a multiplicar por casi cuarenta veces el precio de venta de la galena sobre el precio de coste de su obtención); otras muchas minas no se pusieron en explotación. El gran número de minas que no se pusieron en explotación sólo se puede explicar por el carácter puramente especulativo de los titulares de las concesiones mineras.

La segunda mitad del siglo XIX fue la etapa de mayor actividad minera, iniciándose el declive de la misma a finales de ese siglo, con el progresivo cierre de minas y fundiciones.

El Siglo XX prácticamente supuso la continuidad de ese declive, con el breve paréntesis de la entrada del INI (a través de MASA) en un intento de reflotar el distrito minero, y que acabó fracasando y cerrando en 1958, después de efectuar importantes inversiones.

¿Qué efectos tuvo para la comarca esta intensa actividad minera?

Con respecto a la población se pasa de unos 13.000 -14.000 habitantes en la comarca (8% de los 162.000-170.000 habitantes que se considera que tenía la provincia de Almería en 1.800) a una población en 1.900 de 62.884 (17,1% de la población de la provincia de Almería), y a partir de 1910 se inicia el progresivo y continuo descenso que llega hasta 1970, año en que la población de la comarca es el 50% de la de 1900.

La tasa de escolarización en el Reino de Granada (que incluía Almería) en 1800 era del 12,6% y la tasa de analfabetos en la provincia de Almería en 1900 era del 80,6%. En infraestructura sólo cabe señalar la falta absoluta de interés por parte de los sucesivos gobiernos en procurar y facilitar las infraestructuras para el desarrollo de la provincia, a pesar de los importantes ingresos que le generaba el distrito minero de Almería (primero de la península en la segunda mitad del siglo XIX). El camino del levante entre Almería y los pueblos cercanos a Almagrera se financió con las aportaciones de empresarios mineros.

La construcción del Puerto de Almería se inició en 1847 y se finalizó en el siglo XX, el de Garrucha se inicia en los años 30 del siglo XX.

Se aprueba, después de una gran insistencia y reiteradas peticiones de la Sociedad Económica de Amigos del País de Almería en 1873, una Orden Ministerial por la que se crea en Vera la Escuela de Capataces de Minas que empezaría a funcionar en 1890.

Socialmente se inicia el proceso de salida del marco y estructura social característico del Antiguo Régimen, para entrar en una primitiva sociedad pequeño burguesa.

Los grandes beneficios y recursos financieros que generó la intensa actividad minera del Levante Almeriense se canalizan, fundamentalmente hacia la compra de fundos que se pusieron a la venta con los procesos de desamortización de Mendizábal y Madoz. No fueron una base para promover un desarrollo sostenible en otros sectores económicos.

Las iniciativas empresariales iniciadas no tuvieron éxito (Banco de Almería, Alto Horno de Garrucha, etc…)

En definitiva, la explotación de la minería de Almagrera fue depredadora, expoliadora de sus recursos naturales, se esquilmó la poca masa forestal existente que se utilizó como combustible para las fundiciones y no redundó en el desarrollo de la comarca.

Solo aportó los jornales que se pagaron, (que fueron de pura subsistencia), siendo un ejemplo éstos de lo que los economistas clásicos del siglo XIX llamaron la “Ley del Bronce” de los salarios.

Tanto las sociedades nacionales como las extranjeras explotaron estos recursos de forma similar a cómo las metrópolis europeas explotaban sus colonias, y que aún siguen con este sistema de explotación.

De toda la riqueza que supuso la explotación de los recursos mineros de la comarca, poco quedó en ella, salvo el relativo enriquecimiento de una pequeña minoría (burguesía local) y los salarios de supervivencia de los trabajadores, los cuales, cuando cayó la actividad minera, tuvieron que emigrar, haciendo que la provincia de Almería fuese una de las primeras provincias en emigración.

En el siglo XX, a partir de 1910 y hasta mediados de los 80, se entra en lo que se podría llamar etapa de supervivencia que se caracteriza por el período de mayor emigración de la comarca.

En el último cuarto de siglo XX empieza a tener importancia el sector turístico y una primitiva agricultura intensiva, finalizando el siglo con un alza espectacular de la economía de la provincia de Almería, pasando desde 1930 en que la provincia de Almería ocupaba el último puesto en el P.I.B. de las ocho provincias de Andalucía, al primer puesto de las ocho provincias en el 2.000.

El futuro del desarrollo de nuestra comarca y de la provincia pasa por una apuesta firme y comprometida en la inversión en el conocimiento. El tren del desarrollo basado en la industria tradicional ya ha pasado y no es posible cogerlo, pero el tren del conocimiento y de la cuarta y quinta revolución industrial sí se puede coger.

El sector agrícola, en su vertiente de sólo producir, tiene un futuro limitado por muchas razones. Hay que buscar sectores y nichos alternativos potenciando la investigación y la búsqueda de las ventajas competitivas de nuestra comarca y provincia. El conocimiento es la única alternativa para eliminar divergencias de toda índole. La Universidad de Almería y la sociedad civil tienen un gran reto por delante.